La historia oscura de la píldora


La legalización de la píldora anticonceptiva en el 78 fue considerada toda una victoria feminista que daba la independencia sexual a millones de mujeres* pero ¿qué más hay detrás de este invento?

A pesar de que desde principios del s. XX se habían llevado a cabo campañas destinadas a mejorar el acceso a la información sobre anticoncepción y a los métodos anticonceptivos, el control de la fertilidad continuaba siendo un tema tabú en muchos sectores de la sociedad. Margaret Sanger y Katherine McCormick, activistas feministas que hacían campaña promoviendo el control natal por parte de las mujeres, se conviertieron así en las dos grandes patrocinadoras de este nuevo dispositivo farmacológico.

De este modo,  Sanger y McCornick buscaron a alguien que pudiese desarrollar este proyecto entrando así en contacto con Gregory Pincus, un biólogo que vio en la píldora una manera de propulsar su carrera profesional.

Min-Chueh-Chang fue el científico al que Pincus encargó la parte de experimentación con animales (conejos y ratas) necesaria para el desarrollo de la píldora. En 1952 se hacen públicos los avances: habían logrado suprimir la ovulación eficazmente mediante progesterona sin esterilizar a los animales a largo plazo.

En la teoría los resultados obtenidos eran aplicables a las mujeres. Pero aunque en estas pruebas quedaba claro que los compuestos progestacionales controlaban la ovulación y no conllevaban efectos secundarios  adversos, no podían estar seguros de que con las mujeres los resultados fuesen a ser idénticos.

Así pues, empezaron las pruebas con mujeres...

En 1953 John Rock entra a formar parte del proyecto dado que Pincus, por ser biólogo, no podía llevar a cabo pruebas con humanos. Y fue ese mismo año cuando se llevó a cabo el primer grupo de experimentos a gran escala con mujeres en el Free Hospital for Woman de Boston y en el Worcester State Hospital. Pero, a pesar del éxito de los resultados obtenidos, se consideró que se precisaba un experimento más grande. 

Así, en 1955 se inició uno que incluía a 60 mujeres (algunas de ellas estudiantes de medicina puertorriqueñas) y otro en mujeres y hombres* de un hospital psiquiátrico en Worcester. Pero seguía sin ser suficiente, ya que querían hacer pruebas con "mujeres normales" que respondiesen al futuro perfil de usuaria. Y a pesar de que las pruebas con las mujeres esquizofrénicas confinadas en Worcester habían sido de gran ayuda para el desarrollo del experimento, no era tan fácil mantener la cooperación de las personas voluntarias que no se encontraban encerradas.

Encontrar voluntarias suponía un problema, además del gasto y el elevado grado de cooperación que exigía participar en estos experimentos. Pero Pincus y su equipo necesitaban una muestra mucho más grande para convencer a la comunidad científica de que el anticonceptivo era efectivo y seguro.

Los primeros estudios a gran escala se desarrollaron en Puerto Rico, que era percibido como un lugar ideal por ser una isla y, por tanto, más fácil de monitorizar. Además jugaba a favor de los científicos  la desesperación del lugar por controlar la natalidad a causa del enorme crecimiento demográfico y del consecuente aumento de la pobreza. Por último, hay que mencionar que muchas de las mujeres seleccionadas eran analfabetas, con un nivel socioeconómico bajo y familias numerosas a su cargo; lo que evidentemente "facilitaba su participación".

Se estima que en estas pruebas participaron unas 1500 mujeres en situación de vulnerabilidad que no fueron advertidas por los científicos de los efectos secundarios que les podría provocar el consumo de la píldora. Durante las pruebas se estima que un 22% de las participantes abandonaron el experimento por sufrir efectos secundarios severos (ya que las píldoras contenían entonces 3 veces más hormonas de las que llevan en la actualidad) y 3 de las participantes fallecieron, aunque al no realizarles una autopsia no se pudo probar que fuese debido al consumo del medicamento. 

Cuando los ensayos concluyeron Pincus y Rock abandonaron las islas caribeñas y con ellas a las mujeres que habían participado en el estudio. Estas nunca fueron recompensadas y además, con un precio de 0,50$ por píldora, nunca tuvieron acceso al medicamento que habían ayudado a crear.

¿Liberación o forma de control?

Además de la parte histórica, creo que deberíamos reflexionar un poco sobre la forma de control que se ha vendido como una forma de liberación. Me explico:

La píldora es un medicamento que puede "modificar el comportamiento, temporalizar la acción, regular la actividad sexual, controlar el crecimiento de la población y rediseñar la experiencia sexual (refeminizándola sintéticamente) de los cuerpos que se la administran".

Así pues, si la anticoncepción hormonal masculina, la vasectomía (reversible o no) y otros métodos que podrían ser considerados más agresivos o "moralmente cuestionables" han demostrado ser menos tóxicos, con un número menor de efectos secundarios y además requieren un menor nivel de atención cotidiana ¿por qué son muchísimo menos empleados que la píldora? ¿cómo ha llegado la píldora a ser el método anticonceptivo privilegiado por las leyes y la medicina?

Preciado en Testo Yonki compara la píldora con el panóptico* de  Benthman. ¿Podría tener razón? ¿Qué opináis vosotres?




Referencias:
  • Marks, L. (1997). Historia de la píldora anticonceptiva
  • BBC (2018). Como América Latina fue clave en la historia de la píldora anticonceptiva (y por qué nadie lo celebra)
  • Preciado, B. (2008). Testo Yonki.  Madrid: Espasa Calpe



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*Mujeres: En este texto empleamos el concepto tradicionalmente aceptado de mujer como persona cisgénero y heterosexual asignada como mujer al nacer en base a su genitalidad.
*Hombres: En este texto empleamos el concepto tradicionalmente aceptado de hombre 
*Panóptico: Estructura carcelaria diseñada por el filósofo Benthman y empleada por Focault en sus estudios sobre la sexualidad. El objetivo de esta estructura es favorecer la vigilancia desde un punto o torre central de todas las celdas situadas a su alrededor sin que los presos que las ocupan sepan que son observados.

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