Repensando las implicaciones que la mutilación genital puede tener para el feminismo

Viendo una conferencia de Preciado en 2010 me quedé con unos minutos de vídeo que me llamaron la atención. En ellos reflexionaba un tema muy controvertido actualmente en España: ¿hay lugar a un cambio en el sujeto del feminismo? ¿sí? ¿no? ¿por qué? ¿qué opináis vosotres? ¡Dejad vuestros comentarios en el blog y en la página de Facebook!

A continuación se transcribe de forma literal lo que Preciado afirma en su conferencia en México que os dejo por aquí abajo. Si estáis interesades os recomiendo verla entera, pero informo de que puede resultar algo larga o densa si no se tienen conocimientos previos (si tenéis alguna duda en la que os pueda ayudar sabéis cómo localizarme 🐶🌈)


"Cuando hablamos de mutilación genital sobre todo pensamos en contextos no occidentales (sobre todo musulmanes, si es posible africanos...) en los que evidentemente se llevan a cabo, según se dice, prácticas brutales de extirpación del clítoris y de mutilación genital. Bien, lo que aparece claro a partir de las investigaciones de Susan Kessler, por ejemplo, en los años 90 y de los movimientos políticos intersexuales, es que la mutilación genital es constitutiva de nuestro sistema de conocimiento y de producción de la sexualidad farmacopornográfica*. Dicho de otro modo, sin mutilación genital no hay diferencia sexual. Por eso, es decir, la verdad sexual de cada uno de nuestros cuerpos es cómplice de la mutilación genital. Seamos o no seamos intersexuales, hayamos sido o no considerados intersexuales, todos hemos pasado por un protocolo de reconocimiento intersexual.

Y, por tanto, la diferencia entre la mutilación genital en el contexto musulmán y la mutilación genital en las democracias occidentales farmacopornográficas* es, si quieren, el estatuto del aparato simbólico que sirve para legitimar el proceso de transformación. En un caso es religioso, en otro caso es científico ¿me siguen? Pero en ambos casos se trata de ficciones políticas.

Bueno, me da la impresión de que debe ser una prioridad definitiva de las agendas feministas del siglo XXI. Me da la impresión de que el feminismo del siglo XXI no puede continuar trabajando críticamente con una noción de mujer que es cómplice de los procesos de producción de la diferencia sexual que resultan de los protocolos John Money*. Y que, por tanto, la agenda feminista debería compartir con las agendas queer, transexuales y transgénero la demanda de la eliminación del masculino y el femenino en los documentos de identificación. Y de la asignación de género o sexual dependiendo del contexto en el que... hay contextos nacionales en los que se habla de asignación sexual y hay contextos en los que se habla de asignación de género, pero en todo caso ambas deberían ser puestas de manera crítica y radicalmente en cuestión por la agenda del feminismo. 

No les estoy hablando de algo que deba ser extrapola feminismo ¿me siguen? Por tanto lo que estoy diciendo es que cuestionar estos procesos técnicos de producción de la masculinidad y la feminidad supone también cuestionar que la mujer sea el sujeto del feminismo. Quizá el sujeto del feminismo es la posibilidad de confrontar radicalmente la producción de la diferencia sexual"


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*Régimen farmacopornográfico: Preciado sostiene que después de la Segunda Guerra Mundial aparecen unas tecnologías de gestión de los cuerpos que cambian radicalmente la visión de la sexualidad. Con la aparición de la píldora anticonceptiva, la pornografía como fenómeno de masas y la idea de género se iniciaría la era farmacopornográfica. En esta, el gobierno nos controla a través de técnicas literalmente ingeribles, como la píldora. Frente a esto Preciado promueve la revolución y la resistencia a la normalización (Nijensohn, 2015)

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